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barrenos de realidad la noche muda testigo de un cruel destino

Sunday, April 18, 2004

NO SE QUE MIERDAS ESTOY HACIENDO CON MI VIDA!

Saturday, April 10, 2004

NEGRO ES DOLOR....
(acción actina-miosina)

El viento, morboso, cortante, como navajas en la piel, corta, el miedo; su aliado, frente a nosotros, mudo, sardónico, escupe en nuetra cara sin recibir respuesta. Afuera, la muerte aletea lentamente, como si nos olfateara.

Mis manos, tambalenates, resienten las descargas de lo que el miedo provoca en mí, tiemblan, involuntariamente dir?a yo, se sienten calientes, tal vez por la sangre recorrida. La lúgubre noche se mantiene como muda testigo de nuetros destino. Lentamente y sin perder la concentraci?n, volteo a ver al Cristos, su mandíbula no para de moverse, está asustado sin duda,así que eso me indica que está consiente de la situación. De pronto, el aleteo cesa, el ave a aterrizado, mis manos, ahora se sienten tan pesadas, presas de el miedo que helado recorre mi columna, y lentamente se apodera de mis músculos, mi dedo índice sin embargo, no pierde la cordura. El aleteo cesó, pero en la entrada se escuchan pasos de algo que no es humano, el Cristos con una mirada me señala la entrada, lentamente, (parece una eternidad) mis músculos de los brazos vuelven a mi dominio, y levanto ambos para colocar el arma en posici?n de ataque, nadie se mueve, nadie respira, solo el sonido que se acerca, en este momento me viene a la mente el recuerdo de un campo floreado y no se porqué. Los pasos cesan, el Cristos traga saliva y ese sonido me retumba en los oidos, de pronto, comienza a abrirse la puerta; aprieto mis dientes y mi miedo se ha convertido en un sentimiento sin nombre, aprieto mis dientes, lentamente rezo (cuando antes jamás lo hacía) y escucho el rechinar de la puerta.... algo se aproxima.
Solo el viento del norte y la noche saben que está ahí afuera.



LOS OJOS DE GENARO
(mientras m?s te veo...)

Entre Genaro y un espejo no podría existir una buena amistad, ni siquiera conocerse, de hecho, Geraro repudiaba los espejos, tanto como a la gente del pueblo. La gente, ellos que iban a saber de ventanas hacia a otros mundos, o de colores, solo sabían agredir a lo que era diferente a ellos, ya sea por temor o ira.

Genaro un día llegó, con el circo a ese pueblo polvoriento, lleno de mediocridad y conformismo. El era el espect?culo, "El ser de los ojos chuecos" así lo presentaban, debido a su problema de estrabismo, con la letanía de que por no obedecer a su madre se quedó así, compartía lugar dentro del camión con un elefante y la jaula de los changos. El mismo no sabía su origen, solo recuerda las risas y burlas de la gente, humillaciones y señalamientos hicieron que su rencor creciera cada véz más. Una cosa muy interesante de Genaro, es que nunca olvidaba a una persona, por sus ojos.

Aprendió, a través del tiempo en el circo, que las ventanas hacia el alma de las personas, son los ojos, ya que en ellos se reflejaba su andar por la vida, y el se aislaba de burlas y risas al mirar detenidamente los ojos de las personas y lo podridas que tenían sus almas. Así pasaron muchos años.

El día que llegó al pueblo polvoriento, se montó el circo y Genaro enfermó. El dueño, harto de que él no ayudaba a instalar la carpa, ya que el contacto con la gente lo llenaba de odio, lo dejó a su suerte ahí, donde lentamente, se fue recuperando de su enfermedad, con paciencia y odio hacia todo.

Consiguió como ganarse la vida en el pueblo de cargador de cadáveres de vaca en un rastro, el miraba los ojos de los animales muertos y pod?a incluso ver su forma de morir, por lo que empezó a sacar, primero por curiosidad, luego por placer, los ojos de las reces muertas, para llevarlos a su mohosa guarida, y contemplarlos por noches enteras.

Mientras más ojos conseguía, más insatisfecho se sentía, ya que la vida de las reces ocurre sin mucha aventura, por lo que decidió salir de noche y deambular por el pueblo.

Al andar por las calles del centro, encontró a un tipo ebrio, que con movimientos torpes, inútilmente trataba de levantarse, Genaro, lo enontró ahí, y le abrió los ojos, y encontró tan fascinante ese resplandor, que sacó su arma y le arrancó los ojos al ebrio en un grito de dolor.
Como un tesoro, corrió hacia el bosque, y contempló los ojos, contempló la vida de ese tipo, y después de conocer su vida, hasta el momento en que se vió reflejado en los ojos del ebrio, los masticó, hasta que se los tragó. Esa noche, encontraron el cuerpo del ebrio ensangrentado, muerto.
Genaro encontró delicioso el sabor de los ojos, ya que por ellos, se llega al alma de las personas, le gustó el sabor de las almas, así que desde ese día aparecen personas sin ojos muertas. Los viejos cuentan que las personas mueren no por perder los ojos, sino porque con ellos se va el alma de las personas.

Así, Genaro conoció a que saben las almas.
á é í ó ú

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