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barrenos de realidad la noche muda testigo de un cruel destino

Sunday, September 21, 2003

ALAS NEGRAS DE CUERVO I
(marañas de odio se tejen en mi ser, lentamente....)

El sentir un rosario frente a tí, lejos de algún daño es una sensación extraña el percibir que la fé puede más que la realidad, como si algo celestial pusiera un manto sobre la persona que cree y nada lo puede quitar, al menos esa sensación es la que sentí al ver al niño con el rosario en la mano. El silencio eterno, incómodo frente a la imágen, solo sonido de agua cayendo, el Cristos hace un sonido gutural, supongo que a el también le impactó la escena, inmóviles ante tal imágen, lentamente comenzamos a bajar las armas, mientras el niño no dejaba de apuntarnos con su rosario, el fue el primero en romper el silencio con un chillido de !No se lo van a llevar! refiriendose al cuerpo que yacía en el suelo ¡Ya lo mataron! ya con los brazos en los costados, el Cristos habló y dijo: No nos vamos a llevar a nadie, solo entramos para albergarnos de la lluvia que cae, a lo que el niño más tranquilo nos dice: ¿quienes son ustedes? Yo respondo, no lo sé, hace mucho deje de saber quienes somos, a lo que el niño nos dice que hace dos días se escucharon aleteos, el viento silbaba como burlandose de la casucha, arremetía con ella, con el viento, venía aleteando algo, similar a un pájaro, con alas de cuervo, negras como la boca de la noche haciendo unos ruidos similares a risas, su abuelo, (que era el cuerpo que está tirado en el suelo), escondió al niño detrás de un armario para protegerlo, tomó una escopeta y se enfrentó a este ser, el escondido detrás de un aramario no podía ver casi nada, solo asomado por una renjija osbervó la batalla, todo fue muy confuso,se escucharon varios disparos de escopeta, aleteos, forecejeo del abuelo, quien peleaba por su vida, un grito y el desplome del cuerpo inerte ya del abuelo, sangrando. El animal, le arrancó el corazón y se fue con el viento del norte. El niño no pudo ver más, asustado, espero paciente mientras miraba la sangre de su abuelo dibujar pequeños arroyos en el piso, espero hasta que sintió que era seguro salir de su escondite. Entonces arrastró el cuerpo de su abuelo hacia el cuarto donde lo encontramos.
Ahí tomó el rosario que su abuelo guardaba siempre en aquella bolsita cerca de su corazón y empezó a rezar como él le había enseñado con lágrimas en los ojos por la paz del alma de su abuelo quien había dado la vida por el.

Estabamos tan mudos como el cielo que se solo observa a la vida tan simple y complicada de los mortales y con ese sentimiento similar al ver una pelea de perros o la muerte de un toro, cuando de pronto, el viento empieza a soplar de repente, con fuerza, y percibimos algo extraño, un sonido muy extraño, a lo que la mirada del niño(esa mirada tan característica de terror, la misma mirada similar a cuando un padre ebrio quiere ser amistoso con su hijo cuando lo único que ocasiona es terror e impotencia, con sus movimientos torpes y distorción en la voz, transpirando ese asqueroso olor a destilado mezcaldo con colonia barata para rasurar y humo de cigarro)de terror nos dice con la voz entrecortada. ¡Viene de nuevo!...

El Cistos carga su arma y yo la mía, Dios apiadate de nosotros y danos la fuerza para seguir adelante....


ANEXO, ANEXO, ANEXO, ANEXO, ANEXO.

Despierta de tu sueños, seca tus lágrimas porque hoy escapamos. Empaca y vistete, antes que tu padre nos vea, antes que se suelte nuestro infierno.
Respira y sigue respirando, no pierdas la fuerza, sigue respirando, no puedo hacerlo solo. Cantanos una canción que nos mantenga caliente, porque se siento como tembores.
(Fragmento de Exit music - Radiohead)


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